lunes, junio 4

Laura (Capítulo 4)


Estuvimos toda la tarde dando vueltas con Mark, nos enseñó un montón de sitios y nos contó un montón de cosas. Llevaba toda su vida viviendo en Londres. Tenía 20 años, a los 18 se metió a hacer un curso de turismo de 2 años y después empezó a trabajar como guía para grupos jóvenes como nosotras, nos contó que sólo llevaba unos meses trabajando ahí. Nació en el 93, cuando nos lo dijo Sara y yo nos miramos sonrientes, 'como Louis' nos dijimos con la mirada. Le contamos a Mark quienes éramos y más cosas de nuestra vida, era un chico majo, muy majo... y guapo, guapísimo. Sé que Sara pensaba lo mismo que yo, por las miradas que nos echábamos las dos. No pasamos mucho tiempo juntas por eso de la distancia pero somos capaces de comunicarnos sin decir palabra. Sabía que aquella noche Sara y yo tendríamos mucho de que hablar antes de dormirnos. Estábamos cansadas, Mark nos acompañó a casa después de cenar en una hamburguesería enorme y después de llevar toda la tarde andando y viendo sitios preciosos. Mi cámara de fotos ya estaba a tope, estaba feliz y Sara también, aquello era genial. Nuestro increíble guía nos dijo que le llamasemos a la mañana siguiente cuando nos despertasemos y que nos traería un desayuno de un bar que conocía. 'Que mono' me dijo Sara con la mirada, su sonrisa dejaba claro que Mark le caía tan bien como a mi. De repente me di cuenta que como las dos nos colasemos por él tendríamos un grave problema.. pero bah, no le dí demasiada importancia, sólo era el primer día.
- Diooooos, esto es increíble, ¿verdad? - Le dije a Sara cuando llegamos a casa.
- Sí, lo es... estoy encantada de verdad... esto es un sueño Laura... - La miré, estaba feliz, muy feliz y sus ojos brillaban. Me pregunté si mis ojos estarían igual, y me respondí a mi misma que seguro que sí.
- Tengo un montón de fotos eh... - le dije.
- Mark nos ha llevado a sitios increíbles, siempre he querido visitar así Londres tía... y mañana nos va a traer el desayuno... que majo.
- Nos ha tocado un guía increíble eh...
- Sí, lo es... me encanta.
- Y a mi.
Nos echamos a reír, y pensé en que no me importaría nada que Sara se enamorase de él, no me molestaría que ellos tuvieran algo... por que los dos eran geniales. La miré y sonreí, me encantaba verla tan contenta y emocionada.
- Es genial poder compartir esta esperiencia contigo eh... - le dije y abrí la nevera para coger un yogur, le ofrecí uno ha Sara mientras ella preparaba las camas para dormir.
- Algún día habrá que decirle a Mark que nos lleve de fiesta a la noche, ¿no crees? - Le dije desde la cocina.
- Dios mío Laura, tú y tu fiesta... - Nos echamos a reír, después me acerqué a mi ordenador y puse el álbum de los chicos, Up All Night sonaba a tope y no pudimos evitar ponernos a cantar y a bailar. Yo pensé... ¿Puede haber algo mejor que esto? Por aquel entonces creí que con verles en concierto sería más que feliz, pero... descubrimos en aquel verano que las cosas pueden ser incluso mejor de lo que nos esperamos.
Nos tomamos el yogur mientras charlabamos un rato en el salón pero después cada una se fue a su habitación y dormimos genial, estábamos agotadísimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por darnos tu opinión.

Nuestros lectores: