viernes, mayo 31

Sara (Capítulo 55)

Estaba sentada en la cama viendo a Harry mientras dormía. Hoy volvíamos a Londres. Los días en París habían sido maravillosos. Por las mañanas y tardes nos dedicábamos a ver sitios preciosos, no solo de París, también fuimos a otras ciudades preciosas como Burdeos o Brujas. Visitamos un montón de museos y sitios preciosos como los campos elíseos. Un día también fuimos de compras. Cada noche veíamos un espectáculo distinto y al llegar al hotel nos dedicábamos a no dormir básicamente y a estrenar cada uno de los modelos de ropa interior que me había comprado con las chicas. El tiempo en París y al lado de Harry había pasado volando.
Me levante de la cama sin hacer ruido para no despertar a Harry y me fui al balcón. El verano se estaba acabando, no me gustaba la idea pero era verdad. No sabía cuál sería el siguiente paso en mi vida, aparte de entrar en la universidad de fisioterapia el resto estaba en el aire. Mi estómago era una mezcla indispuesta de sentimientos, por una parte estaba realmente feliz, estaba siendo el mejor verano de mi vida, había conocido a mis ídolos y ahora formaban parte de mi vida, pero por otra estaba realmente triste, el verano se acababa y eso significa romper con una aguja la burbuja perfecta que había sido este verano. Suspiré hondo.
-Buenos días pequeña- unas manos me rodearon por detrás e hicieron darme la vuelta
-Buenos días- dije no muy animada
-¿y esa cara tan larga?- preguntó Harry todavía algo dormido. No quería hablar del tema, era un tema de conversación que evitaba a todas horas y sabía que tarde o temprano saldría, pero cuanto más tarde mejor
-No quiero irme de París- dije mintiendo. No me gustaba mentir a Harry, pero no quería estropear lo poco que nos quedaba en París. Ya tendríamos tiempo de hablarlo en Londres. Harry me miró poco convencido y yo le sonreí
-Yo tampoco quiero, pero es hora de volver- dijo Harry mirándome a los ojos. Me sentía fatal.
-Lo sé, pero disfrutemos del poco tiempo que nos queda ¿no?- dije intentando no pensar
-Claro, venga vete a la ducha mientras pido el desayuno- me dio un suave beso en los labios y me fui hacia el baño
¿Qué me pasaba? Me metí en la ducha e intenté olvidarme de todo por un tiempo, intentando que el mal estar general que tenía se fuera con el agua.
Salí de la ducha algo más contenta, de alguna forma había desconectado. Me vestí con un vestido verde y unas sandalias marrones y salí a la terraza. El desayuno ya estaba puesto en la mesa y Harry sentado con sus gafas de sol y sin camiseta.
-Ya era hora de que salieras, creía que te había tragado la ducha- dijo haciendo le bobo
-Eres bobo- dije con una sonrisa y me senté a desayunar
-¿qué quieres que hagamos hoy?- dijo Harry untando un cruasán
-¿no tienes organizado nada como el resto de los días?- pregunté sorprendida. Él negó con la cabeza
-A tu elección- dijo sonriente
-Ummm…- dije dubitativa- demos un paseo, sin rumbo alguno… y podemos comprarle algún detallito ¿qué te parece?- dije antes de morder mi tostada
-Perfecto- dijo Harry dándole el último trago a su zumo de naranja. Se levantó de la silla- voy a la ducha- se acercó, me dio un beso en la frente y se metió en la habitación.
Acabé de desayunar tranquila. Solo teníamos por la mañana, comeríamos algo rápido y luego cogeríamos el avión, ya tenía pensado algunos regalos de los chicos.
Me metí en la habitación y cogí la maleta. Odiaba hacer maletas, era lo peor de viajar sin duda alguna, siempre se me olvidaba algo a cualquiera sitio al que iba, fuese mi casa o un hotel. Comencé a sacar ropa el armario y a guardarla en la maleta, cogí una camiseta aun algo húmeda y recordé con una sonrisa como había acabado empapada:
-estos jardines son enormes, aquí cualquiera se perdería- dijo Harry observando los jardines del castillo de Versalles.
-Si queréis podéis dar una paseo tranquilamente, yo estaré en la terraza-dijo el guía que nos llevaba a todas las excursiones. Extrañamente me recordaba a Mark
-Perfecto- dijo Harry mientras me cogía de la mano y nos dirigíamos a los jardines
-La verdad es que son preciosos- dije mirándolos asombrada
-Nuestra casa tendrá unos jardines como estos- dijo Harry haciendo el tonto
-Y un lago como ese- le dije siguiéndole el juego. Nos acercamos al lago- pero en el nuestro nos podremos bañar, como si fuese una piscina natural
-¿y en este no podemos bañarnos?- preguntó Harry divertido
-No, ni lo vamos a comprobar- dije viendo sus intenciones. Harry me miró apenado y yo me eché a reír. Dirigí la vista hacia la terraza del castillo, allí estaba el guía haciéndonos señales para que fuéramos
-Oye, no le quitas ojo al guía eh- dijo Harry haciéndose el enfadado
-Es que es muy guapo- dije haciendo el tonto
-¿más guapo que yo?- miré a Harry y luego al guía
-Sí- dije seria. Harry se lo tomó en serio.- Estoy por quedarme aquí en París con él y dejarte a ti- su cara cambió y se quedó sorprendido, yo rompí a reír
-Te vas a enterar- dijo Harry. Se acercó a mí y comenzó a hacerme cosquillas. Él y su manía de hacerme cosquillas.
-Para- suplique mientras andaba hacia atrás
-No hasta que reconozcas que soy yo mucho más guapo- dijo Harry sin parar de hacerme cosquillas
-Jamás- dije entre carcajadas. Harry se acercó más y tropezó con una piedra, haciéndome tropezar a mí. Los dos dimos un traspiés y caímos al agua del lago-¡está fría!- grité. Le miré y los dos nos empezamos a reír.
Guardé la camiseta en una bolsa para que no mojase el resto de la ropa y la guardé en la maleta. Reconocí que Harry era más guapo, que realmente lo era, para poder besarle y el guía tuvo que buscarnos ropa seca. Sonreí al recordarlo.
Acabé de hacer mi maleta y como Harry no salía comencé a hacer la suya. Acabé de hacer las dos y Harry seguía sin salir del baño ¿pero qué estaba haciendo este chico? Decidí ponerme a mirar la cantidad de fotos que había en mi cámara. La memoria estaba casi llena, pero todavía quedaba espacio. Hay de todo tipo de fotos, desde haciendo el tonto hasta fotos de mías con algunas fans francesas, las subiría a twitter en cuanto tuviese algo de tiempo la puerta del baño se abrió
-Ya era hora, luego dices que yo tardo- protesté
-¡pero si no he tardado nada!- dijo Harry poniéndose las gafas de sol
-Mentira, me ha dado tiempo a hacer las maletas- dije cruzándome de brazos
-Perdóname por haberte echo esperar, quería estar guapo para la mejor novia del mundo- dijo Harry dándome un beso
-Por esas cosas que me dices te perdono, ahora vámonos o no tendremos tiempo de hacer nada- le dije. Cogí mi sombrero, mis gafas de sol y mi cámara y salimos del hotel de la mano dando un paseo.
Dimos un paseo por la zona de compras e hicimos las compras correspondientes para cada uno, era pequeños detalles y tonterías pero eran recuerdos. Comimos en un restaurante pequeñito y rápidamente nos fuimos al hotel.
-¡adiós París!- dije dramatizando en el taxi, el taxista me miro con cara rara, seguro que alucinaba conmigo
-Hasta la próxima- dijo Harry pasando du brazo por mi hombro y yo me apoyé en su pecho.
Llegamos al aeropuerto. Hicimos todos los trámites y nos montamos en el avión de camino a Londres. Esta vez era yo quien observaba dormir a Harry que se había quedado dormido de lo cansado que esta. Saqué mi cámara y le hice una foto. Cuando aterrizamos le mande un mensaje a Laura para que supiera que ya estábamos en Londres. Eran las ocho de la tarde y estaba realmente cansada
-¿por qué no te quedas a dormir conmigo?- le pregunté a Harry ya de camino a casa en el taxi
-No me lo digas dos veces- dijo Harry dándome un beso.
Llegamos a casa y pagamos al taxista. Estaba abriendo el portal cuando el mensaje de Laura me llegó. Estaban todos cenando fuera, así que hasta mañana no los veríamos.
-Los chicos están cenando todos fuera- le dije a Harry
-Pues película y mantita ¿no?- asentí contenta, me encantaba el plan. Abrí la puerta y todo estaba oscuro, que raro. Encendí la luz
-¡¡¡¡SORPRESAAAAAAA!!!!- gritaron todos saliendo detrás de los sofás. Estaban todos y lo habían decorado con globos y un cartel de bienvenida. Harry y yo nos miramos sorprendidos
-Bienvenidos a Londres chicos- dijo Louis abrazándonos
-Pero si solo hemos estados fuera cuatro días- dijo sonriendo
-Muchas gracias chicos- dije yo. Todos se nos acercaron a abrazarnos y nos ayudaron a meter las maletas en casa. Noa se acercó corriendo a mí y le acaricié enérgicamente. Parecía que había crecido
-Bueno contarnos que tal lo habéis pasado- dijo Dani
-Absolutamente genial- dije yo- hemos visitados un montón de sitios, tenemos muchas fotos ya las veréis – dije muy contenta. Estos chicos eran los mejores.
-¿y por las noches qué tal?¿habréis dormido mucho no?- preguntó Zayn
-¡Zayn!- dijo Laura- eso no nos lo van a contar- yo me sonroje y Harry también se ruborizó un poco
-¿nos habéis traído algo?- preguntó Niall
-Si- dije- pero es una tontería eh- busqué en la maleta de Harry y saqué los regalos. Era una boina francesa para cada uno, incluido Noa. Todos nos la pusimos. Laura se la puso a Noa
-¡ya eres francés Noa!- dijo Els. Noa respondió con un ladrido
-¡Esto merece una foto!- dijo Liam. Cogí mi cámara y todos se colocaron en un sofá, puse el temporizador y fui corriendo a sentarme encima de Harry. Miré a Laura que tenía en brazos a Noa y la sonreí con la mejor de mis sonrisas, luego le di un beso rápido en los labios a Harry y sonreí a la cámara. El flash salió.
-Y ahora ¡qué empiece la fiesta!- dijo Mark
Estuvimos cenando y bailando un rato, pero como nos vieron algo cansados los chicos se empezaron a ir.
-Adiós chicos-dije a la puerta a Rebe y Niall
-Nos vemos cuando vuelva- dijo Rebe. Me quedé pensando hasta que caí en la cuenta
-Es verdad, que os vais al Caribe, nosotros volvemos y vosotros os vais eh. Pasarlo bien- Rebeca sonrió y nos dimos un abrazo, luego le di otro abrazo a Niall- y llevar protección- los dos se sonrojaron y se marcharon riéndose. Cerré la puerta, me giré y vi a Harry, Laura, Zayn y Noa en los sofás,sonreí ampliamente. Era demasiado feliz.

miércoles, mayo 29



Queridas/os lectoras/es:
¡HOOOOOOOOOOOOLA! Hoy no hay capi, lo siento, (aunque os dejo gif y foto). Sólo me pasó por aquí, para informaros de unas cuantas cositas. Primero, Y MUYULTRAIMPORTANTE, nuestra querida amiga Sara estuvo el 25 de este mes en el concierto de los chicos en Madrid. Sí, fue una de esas afortunadas que pudo disfrutar de ellos, ¿a qué no sabéis con quién? Con Rebeca. Cómo leéis, las muy zorris se fueron al concierto... sin mí. Pero están perdonadas porque me llamaron y me hicieron llorar en Little Things. Algún día conseguiré ir yo también, palabra de directioner. Por supuesto que su experiencia fue estupenda, por lo que me han contado, cosa bastante obvia. Además me han dicho que conocieron a directioners geniales. Y ha quedado claro que son tan perfectos cómo parecen. Por otro lado, es 29 de mayo, y por eso os escribo principalmente... porque hoy, justo hoy, hace un año que empezamos con esto. Sí amigos, un largo año escribiendo esta historia, estos 54 capítulos. Queríamos daros las gracias enormemente a todos los que leéis cada capítulo, los que hacéis que nuestras visitas suban y a nuestros poquitos pero maravillosos seguidores. Tengo que informaros que la historia está llegando a su fin, ya tenemos pensado cómo terminarlo, no os puedo adelantar nada pero prometo que será un final genial. Quedarán más o menos unos 10 capítulos asique estad atentos. Hemos decidido empezar otra historia después de esta, pero será más adelante y no sobre los chicos. Ya os iremos informando de todo. 
Una vez más, mil gracias por todo. Nos encanta todo esto de verdad, es muy emocionante escribir aquí para todas y todos los directioners del planeta. 
Creo que no tengo nada más que añadir lectores, un beso muy fuerte. Pasaros por aquí siempre que queráis, y vuestros comentarios serán bien recibidos.

Laura.

♥♥♥

lunes, mayo 27

Laura (Capítulo 54)

Después del gran susto que nos llevamos por mi falsa alarma de embarazo Zayn y yo nos tumbamos, junto a Noa, a ver una película. No recuerdo qué película, no sé si llegamos a ver ni la mitad porque me perdí entre besos y más besos. Después de un rato así, tenía unas ganas tremendas de hacer el amor con él. Ya se me había olvidado el susto de antes, todo me daba igual. Zayn es el amor de mi vida, y eso lo tenía claro desde el principio. Le quité suavemente su camiseta, y me sonrió dulcemente mirándome como solo él sabe mirar y besándome por todas partes. Empezamos a desnudarnos, pero antes de seguir le miré seriamente y él sacó del bolsillo de su pantalón que estaba ya en el suelo un condón. Noa jugaba con los cojines que habían caído al suelo y revoloteaba por el salón mientras Zayn y yo disfrutábamos de un momento de pasión, y amor. Después me quedé dormida, desperté un par de horas después ya en la cama con un hambre tremendo. Me levanté y vi a Zayn preparando pasta en la cocina, tenía el pelo mojado, y solo llevaba unos calzoncillos asique supuse que se acababa de duchar. Me fijé en su torso desnudo, en sus tatuajes y es su preciosa sonrisa. Me acerqué a él y le besé.
- Buenas... tardes. - me dijo.
- ¿Qué hora es?
- Las seis de la tarde, has dormido bastante y no hemos comido todavía. - me eché a reír.
- Mmmm.. huele bien.
- Pues siéntate, que he preparado pasta y me queda deliciosa. - Sonreí y me senté a esperar a que el mejor novio del mundo me sirviera la comida-merienda.
- ¿Qué tal se lo estarán pasando Harry y Sara en París?
- Pues genial.. créeme. - contestó Zayn riéndo.
- ¿Harry ha preparado muchas cosas?
- Harry ha preparado de todo. Está loquito por esa chica eh, nunca le había visto así... te lo juro. - Me miró y sonrió. - Y entiendo perfectamente cómo se siente.
- Ah, ¿sí? ¿Tú también has sentido algo tan fuerte por alguien alguna vez? - dije yo también, sonriendo. Zayn mi miró con una sonrisa pícara, y me siguió el juego.
- Sí, una vez... hace muchísimo tiempo eh. Ya no hay nadie que me haga sentir así...
- ¿No? Jo, que pena...
- Eres tontísima... ¿lo sabes?
- Lo sé, lo sé. - me eché a reír y él se acercó y me dio un beso que sabía a pasta. Después volvió a mirar al plato y siguió comiendo. Hubo un momento de silencio pero después dijo:
- No tenéis ni idea de lo que nos habéis cambiado la vida Laura, de verdad.
- Zayn... sois un grupo famoso con millones de fans, álbumes, canciones, premios, de todo...
- ¿Y? Eso es genial, de las mejores cosas que me han pasado en la vida pero si tú no hubieses aparecido derepente... sin tí, no sería tan feliz.. te lo aseguro. - En eso momento fui yo la que se levantó de la silla y le di un abrazo fuerte, porque las lágrimas caían por mis mejillas.
- Eso es lo más bonito que me han dicho en la vida. - Estuve un rato más abrazada a Zayn mientras él me acariciaba el pelo, después recogimos y decidimos ir a dar un paseo con Noa. Iba de la mano de Zayn, y al otro lado llevaba la correa de mi pequeño cachorrito, por las calles de Londres, bajo las estrellas de una noche de verano y no me podía sentir más feliz.
- ¿Te apetece que vayamos a cenar al restaurante del día que os regalamos a Noa?
- ¿En aquel jardín tan bonito? - sonreí emocionada, Zayn asintió y empezamos a caminar en aquella dirección. Mientras andábamos mi móvil empezó a sonar.
- Es Harry. - le informé a Zayn mientras contestaba.
- ¿Sí?
- ¡LAURAAAAAAAAA! Esto es precioso tía, precioso... es taaaaaaan romántico, y Harry me está enseñándo sitios tan bonitos... aaay, de verdad, es todo fantástico. - Me eché a reír.
- Sara, estás loca... ¿sabes que la llamada os va a costar un ojo de la cara?
- Da igual, la paga él.. - las dos nos echamos a reír. - Es que no podía esperar para contarte lo perfecto que es todo, aunque nos veremos en un par de días... ¿vosotros qué tal? ¿has aprovechado que estás solita en el apartamento? ¿Cómo está Noa? - No pude evitar sonreír, Sara y su entusiasmo siempre me había encantado, siempre nos habíamos emocionado juntas por todo y ahora que nuestros sueños se hacían realidad.. mucho más.
- Todo genial, no te preocupes que nos lo contaremos todo cuando vuelvas.. y ahora cuelga y disfruta de París, ¿quieres?
- Sí, sí.. pero pon a Zayn que Harry quiere hablar con él, cosas de chicos dice... no me fio nada pero bueno... - las dos nos echamos a reír.
- Adiós, te quiero.
- Y yo Sari, y yo. - le pasé el teléfono a Zayn.
- Harry quiere hablar contigo cariño... - le dije mientras él cogía el teléfono.
- A ver, ¿qué quieres tú ricitos? - oí que Zayn le saludaba a Harry, no podía oír lo que él contestaba desde París asíque no logré entender la conversación. - Que sí Harry. Pues claro... Ah no, ni de coña. - luego risas y risas... - Venga anda, cállate.. eres un liante. Disfruta y ya lo veremos cuando vuelvas eh... Sí, sí, Adiós Harry, sí... y yo. - Y más risas.
- ¿Qué te decía?
- Nada, cosas de chicos... - me guiñó un ojo y yo asentí, sabía que no sería capaz de sacarle nada asique no lo intenté, solo guardé el móvil y le besé en la mejilla mientras volvía a agarrarme de su mano. De camino al restaurante nos pararon unas cuantas fans a las que Zayn les firmaba autógrafos, un par de ellas quisieron sacarse fotos con nosotros no puede evitar preguntar:
- ¿Conmigo también? - Zayn sonrió ante mi sorpresa, las chicas chillaron:
- ¡¡Claro, eres la novia de Zayn Malik!! - sonreí al oír eso de la boca de otras personas, sonaba bien. Mientras posaba junto aquellas chicas me dio por pensar que hacía solo un par de meses yo era cómo ellas, una fan más... que se hubiese vuelto loca si se hubiera encontrado con Zayn y su novia por la calle. Me imaginé a Sara, a Rebe o a mí corriendo para sacarnos una foto con cualquiera de los chicos... y ahora éramos sus novias. Sus novias.
Llegamos al restaurante y nos sentamos en el jardín del precioso restaurante, miré a Noa sonriente, estaba feliz y movía su colita. Le dejé atadito a mi silla pero con la correa larga para que pudiese dar vueltas mientras Zayn y yo pedíamos la cena y cenábamos. El camarero ya nos conocía y estuvo muy simpático. Disfruté muchísimo de la cena, de la noche, de Zayn.
- ¿Qué te apetece que hagamos mañana preciosa?
- Mmmm... no sé, lo que te apetezca.
- ¿Quieres que prepare un día genial para los dos solos?
- ¿Qué clase de pregunta es esa Zayn? Claro que quiero. - Zayn sonrió y pagó la cuenta del restaurante, sin darme opción a poner mi parte. Me besó cuando nos levantamos de la silla.
- ¿Otro paseo hasta casa o cogemos un taxi?
- Paseo... adoro Londres por la noche.
- Sí... yo también. - No hacía demasiado frío así que se estaba genial por allí, noté que Noa empezaba a cansarse así que la cogí en brazos. Mientras Zayn me rodeaba con su brazo. Después de un buen rato caminando llegamos al apartamento. Estaba cansadísima, me pesaban hasta los párpados. Tumbé a Noa es su camita y fuí con Zayn hasta mi habitación. Empecé a quitarme la ropa, y él también. Le miré, casi desnudo y sentí calor.
- Qué sueño... - dijo, mirándome sonriente.
- Sí... - contesté, casi en un susurro. No me apetecía ponerme el pijama, me quedé mirándole en ropa interior mientras él, en calzoncillos se metía bajo las sábanas.
- Laura, ¿qué pasa? ¿No... no vas a ponerte el pijama o meterte en la cama? - dijo, guiñándome un ojo y sonriéndome.
- Claro... es que... ¿no hace mucho calor? - dije ruborizándome un poco. Él se echó a reír, salió de las sábanas y me agarró de la cintura tirándome sobre la cama. Empezó a besarme por todas partes.
- Dios mío Zayn... - susurré.
- ¿Qué? - dijo, apartándose un poco de mí.
- Nada, qué eres genial.
Aquella noche dormí en braguitas, con la camiseta que Zayn llevaba aquel día. Me sentía tan bien, tan feliz y tan querida.
Zayn me despertó a la mañana siguiente llevándome una bandeja con el desayuno a la cama, debajo del plato de las tostadas había dos tickets para el parque de atracciones y entradas para una hípica.
- ¿Vamos a ir al parque de atracciones y a montar a caballo?- le pregunté emocionada mientras comía el maravilloso desayuno que me había preparado.
- Sí, señorita, has acertado. Por la mañana parque de atracciones, por la tarde a montar a caballo y por la noche... sorpresa.
- ¡Genial!- grité dándole un fuerte abrazo que casi hace que el zumo se derramase. Cuando terminé de desayunar me duché mientras él recogía todo y se vestía. Me puse unos shorts azules para estar cómoda, una camiseta blanca con un gran búho de colores en medio y mis zapatillas blancas. Me recogí el pelo, aún algo mojado, en un moño despeinado y me maquillé un poquito, casi nada.
- ¿Lista?- me dijo Zayn al verme salir de la habitación. Asentí.
- ¿Y con Noa qué hacemos? - pregunté, no había pensado en eso.. me sentí culpable.
- Tranquila, lo tengo todo pensado... se lo llevamos a El, he hablado con ella y está encantada de pasar el día con este adorable cachorrito... es lo que me ha dicho. - Sonreí, El adoraba a Noa, eso era genial. Cuando dejamos a Noa en casa de El nos fuimos al parque de atracciones.
Pasamos una mañana fantástica, era la segunda vez que pasaba la mañana allí, pero esta vez a solas con Zayn. Las atracciones cada vez me daban menos miedo. Se pasó volando entre besos y risas, y perritos calientes y gritos en las diferentes atracciones. Conseguí ganar un peluche que regalé a Zayn.
- En las películas es al revés... el peluche lo gana el chico para la chica.. - me dijo poniendo cara de niño pequeño.
- Bah, nuestra vida no es como una película cariño... es mejor. - Dije, dándole un beso.
- Además... las películas se acaban después de 2 horas, esto no. - Respondió dándome otro beso, más dulce.
- Este fin de semana va a ser agotador eh... - dije mientras nos montábamos en el taxi que nos llevaría a la hípica para montar a caballo.
- Sí, cómo las minivacaciones que pasamos en la casita... - dijo. Recordé aquellas vacaciones, fui allí siendo novia de Mark... pero Zayn me besó. Supe que Zayn también estaba recordando eso porque su cara cambió durante un segundo.
- Fueron unas minivacaciones muy intensas eh. - Zayn asintió y me besó. Le abracé fuerte y poco después el taxista frenó. Me bajé del taxi. Aquello era enorme, había un montón de cuadras llenas de caballos, había bastante gente y pistas enormes con números.
- La nuestra es la número 5. - me dijo, la localicé y se la señalé. Nos acercamos a la pista número 5 y allí había una mujer de unos 50 años con una trenza canosa y una sonrisa enorme dibujada en la cara, estaba vestida con la ropa apropiada para enseñarnos a montar a caballo.
- Hola chicos, me llamo Mariane y voy a ayudaros a pasar una increíble tarde montando a caballo. Os dejaré dos de mis mejores yeguas, se llaman Tina y Mera, están muy bien adiestradas y son inofensivas, de hecho son las que usamos para dar clases a los niños más pequeños asique no os preocupéis, ¿vale? - me parecía una mujer muy muy simpática, pero hablaba de una forma algo difícil de entender, por lo menos para mí. Mariane nos dejó ropa más apropiada, y nos enseñó lo más básico antes de montarnos en las yeguas, después aunque me dio un poco de miedo al principio Zayn y yo empezamos a manejarlas muy bien. Estuvimos horas divirtiéndonos con Tina y Mera, y con las explicaciones y bromas de Mariane fue una tarde superentretenida. Pero empecé a estar agotada y a tener muchísima hambre, miré a Zayn y noté que él también estaba cansado. Asique le dimos las gracias a Mariane por aquella maravillosa tarde, nos dijo que estaría dispuesta a recibirnos siempre que quisiéramos y nos montamos de nuevo en el taxi.
- ¿Y ahora qué? - le dije a Zayn, porque yo estoy agotada...
- Ahora vamos a recoger a Noa y al apartamento. - Asentí y me apoyé en su hombro.
- Laura... Laura... venga, pequeña, despierta que hemos llegado a casa de El. - Me desperté algo avergonzada por haberme quedado dormida en el taxi, el taxista rió y yo también, nos bajamos y dimos las gracias a Eleanor por haber cuidado de Noa, y nos fuimos a nuestro apartamento en el mismo taxi que nos esperó en la puerta.
- Precioso cachorrito. - me dijo el taxista al ver a Noa en mis brazos, asentí sonriente. Cuando llegamos al apartamento Zayn no encendió las luces, estaba todo lleno de velitas.
- ¿Cómo has hecho esto? - le pregunté sorprendida.
- Mágia... - me respondió dándome un beso en los labios. Me agarró de la mano y me llevó a la terraza, allí había una mesa con velas y una cena exquisita aún caliente. No me lo podía creer, había hecho que nuestro apartamento pareciese un lugar super romántico...
- Zayn... - no me dejó terminar la frase, me dio un beso en los labios.
- ¿Ducha rápida y cenamos? Antes de que todo se enfríe y eso... - asentí y le besé.
- Te quiero muchísimo. - dije.
Después nos metimos juntos en la ducha, y pasamos una de las mejores noches de todo mi vida... como casi todas las noches con él.

miércoles, mayo 15

Sara (Capítulo 53)

Solté un suspiro de alivio al leer el mensaje de Laura. Me alegraba de que no estuviese embarazada porque era muy joven aun que estaba segura de que hubiese sido una buena madre, que digo, será una buena madre, de eso no cabía duda.
-¿Qué? Me quieres decir que pone en el maldito mensaje- dijo Harry nervioso
-No está embarazada- Harry suspiró al igual que hice yo y se acomodó en el asiento del avión- bueno después de este pequeño susto podemos relajarnos ¿verdad pequeña?
Asentí con la cabeza sonriente y me acomodé aún más en el asiento y cerré los ojos, seguía algo alterada pero según pasase el tiempo, acabaría relajándome.
-Pequeña, despierta, ya hemos llegado- la voz de Harry sonaba suave. Abrí los ojos de golpe, me había quedado dormida
-Lo siento- dije ruborizando
-No pasa nada, estabas cansada y te has quedado dormida-Harry me dedicó una sonrisa- además estas monísima cuando duermes- el rubor subió aún mas
-¿has estado todo el viaje viéndome dormir?- Harry asintió- que vergüenza…- dije agachando la cabeza
-Pero mira que estás tonta- dijo riéndose de mi
-Un respeto a tus menores eh…- añadí. Harry se acercó y me dio un suave beso
-Anda bajemos del avión
Cogimos las maletas y nos subimos en un taxi con dirección al hotel. Yo estaba maravillada con la belleza de París y mi cara parecía una pegatina pegada al cristal de la ventana. Nos metimos en pleno centro de París y al cabo de media hora de viaje en taxi llegamos al hotel. Era precioso, al igual que nuestra habitación, a la que no le faltaba de nada.
-Ven, quiero enseñarte algo- Harry me tapó los ojos y me guio por la habitación, abrió una puerta y sentí el viento en mi cara cuando me destapó los ojos. Ante mí tenía la Torre Eiffel, no muy cerca ya que se podía ver su altura completa, pero era la distancia perfecta para observarla
-¡qué bonita es!- dije mirándola bien- gracias por todo Harry- le abrace y nos fundimos en un beso
-He pedido que nos suban la comida, comemos, deshacemos las maletas y nos vamos a dar una vuelta- dijo Harry apoyándose en el balcón 
-Perfecto, estás en todo- le di un beso en la mejilla y entré en la habitación.
Empecé a deshacer mi maleta, cuando llamaron a la puerta y un camarero trajo la comida. Decidimos acabar de deshacer las maletas antes de comer. Yo acabé antes con la mía así que decidí ayudar a Harry y así comeríamos antes, ya empezaba a tener hambre.
Levanté una de sus camisas y me encontré con una caja, una caja de condones. Sentí como mis mejillas ardían y miré a Harry
-Como tú has dicho, estoy en todo- me reí ante su comentario y guarde la caja en la mesilla – y veo que tú también- dijo con uno de los conjuntos de ropa interior que me había comprado con las chicas en la mano. Me puse aún más roja. Harry comenzó a reírse y me agarró de la cintura- me encanta cuando haces eso
-¿el qué?- pregunté
-Cuando te pones roja, te mueres de vergüenza y te quedas callada
-Eso no es verdad- protesté
-Sabes que si- dijo Harry dándome besos por el cuello
-Para Harry- dije con una sonrisa tonta
-¿y si no quiero?- preguntó juguetón bajando sus manos por mis caderas
-Ummm… pues que esta noche te quedaras sin ver cómo me queda mi ropa interior- Harry paró y me miró a los ojos
-Eres mala- protestó Harry 
-Mentira, lo que pasa es que tengo hambre- dije como una niña pequeña y me fui hacia el carrito de comida. Harry me agarró por detrás
-Y yo tengo hambre de ti- dijo acercándose.
-Pues…- Me giré y le di un beso y después otro y cuando Harry esperaba el tercero le metí una fresa- tendrás que esperar hasta la noche- Harry se comió la fresa y me miró con cara de pocos amigos pero enseguida cambio la cara y sonrió maliciosamente
-Te vas a enterar- Harry salió detrás de mí, me agarró como a un saco de patatas, me tiro en la cama y comenzó a hacerme cosquillas
-Harry para por favor- pedí entre risas
-Está bien- dijo él parando. Se acercó más a mí, su respiración se juntaba con la mía, cerré los ojos esperando a que me besara, pero no me besaba, los volví a abrir y Harry ya no estaba. Estaba al lado del carrito mirándome ¿cómo se había movido tan rápido y no le había sentido?
-Eres malo- protesté
-Mentira, lo que pasa es que tengo hambre- dijo con una sonrisa picarona. Me la había devuelto pero bien.
Comimos entre risas, juegos y besos. Al acabar decidimos salir a dar una vuelta y acercarnos a ver la Torre Eiffel. Fuimos dando un paseo hasta la Torre Eiffel, alguna que otra fan se nos acercaba a pedir una foto y un autógrafo. Todavía me resultaba raro, pero poco a poco me iba acostumbrando a ello. Al cabo de un rato llegamos a la Torre Eiffel y subimos hasta arriba. La vista del atardecer de todo París era preciosa, Harry se acercó a un hombre que vendía y rosas y a través de gestos me compró una. Era un sol de chico y le quería como a nada en este mundo.
-Te quiero mucho Harry, por favor no lo olvides nunca- dije mirando esos ojos verde aguamarina que me volvían loca
-Yo también te quiero mucho y jamás pienso dejar que te vayas de mi lado- nos fundimos en un beso- ahora ven, quiero llevarte a un sitio estupendo a cenar
Bajamos de la Torre Eiffel, que se tardaba en bajar, y también nos fuimos andando hasta un restaurante con terraza precioso donde nos sentamos a disfrutar de la cena con unas vistas maravillosas. Mientras me acababa el postre me paré a pensar en la suerte que tenía, estaba en la ciudad del amor, con el chico al que más quería en este mundo, que resultaba ser uno de mis ídolos, tenía amigos en Londres, entre ellos el resto de mis ídolos, tenía mi familia, tenía a Laura, tenía a Noa… lo tenía todo, todo parecía demasiado perfecto y eso me ponía contenta pero a la vez me frustraba porque sabía que todo perfecto no podía salir y menos a mi
-¿en qué pensabas?- preguntó Harry 
-Nada, en que estoy cansada- mentí. Mejor sería disfrutar del momento y de la felicidad inmensa que sentía en esos momentos
-¿quieres que volvamos al hotel?- asentí con la cabeza
Llegamos a nuestra habitación y me tire en la cama. Harry se tumbó a mi lada
-Me debes algo- dijo Harry mirándome serio. Yo me quedé pensativa sin saber a qué se refería, al ver que no sabía a lo que se refería, Harry se levantó de la cama y sacó del armario el conjunto de esta mañana. Sonreí al recordarlo. 
Lo cogí y me fui al baño, rápidamente me lo puse y me miré al espejo. Me lavé la cara y me arreglé un poco el pelo, el cansancio había desaparecido. Abrí la puerta y encontré a Harry tumbado en la cama mirándome
-¿ha merecido la pena la espera?- pregunte sonriente 
-Ha merecido la pena- dijo Harry mirándome de arriba abajo. Se levantó se acercó a mí y me dio un beso- es una pena que no lo vayas a tener mucho tiempo puesto- sonreí ante su comentario y le besé.

Nuestros lectores: