viernes, octubre 11

Laura (Capítulo 61)

En cuanto vimos despegar el avión de Sara salimos del aeropuerto, yo estaba llorando y Zayn me rodeaba los hombros con el brazo. Me puse todavía más triste al ver a Harry llorando en el banco de enfrente del aeropuerto, no se había despedido de Sara pero había venido aquí para verla irse... porque la quería. Yo estaba segura de ello, todos lo estábamos, pero ellos parecían no darse cuenta de lo fuerte que era su amor. No se habían visto capaces de superar la distancia, supongo. Me obligé a mi misma a dejar de pensar en ello porque yo no podía meterme en la vida de los demás y me iba a tocar echar demasiado de menos a Sara. Nos acercamos a Harry y Niall se sentó a su lado colocando su mano en la espalda de su amigo. Nadie dijo nada, hasta que Rebeca saltó con un tono triste y algo decepcionada:
- Mierda Harry, no podéis acabar así, ni si quiera te has... - Hizo una breve pausa porque notó como todos la miramos sorprendidos, incluído Harry que la miró con lágrimas todavía en sus ojos. - despedido de ella. - Terminó la frase con un tono más suave, supe que ella también la echaría mucho de menos.
- Anda, vámonos a casa... creo que ya hemos tenido demasiadas emociones por hoy. - Dijo Louis mientras agarraba a su chica de la mano. Asentí con la cabeza mientras me secaba las últimas lágrimas que quedaban en mi mejilla. Todos fueron montándose en diferentes taxis para irse a casa.
- Zayn... vente conmigo al apartamento, por favor.
- Por supuesto, ¿en algún momento se te ha pasado por la cabeza que voy a dejarte dormir sola? - Eso me hizo sonréir. Nos montamos en un taxi, en la calle ya estaba oscureciendo y Londres empezó a brillar como cada noche, mientras miraba sus calles por la ventanilla de mi coche me di cuenta de que ahora aquel sería mi ciudad, mi hogar. También me di cuenta de que ya no era tan genial como el primer día, faltaba algo... faltaba alguien... mi mejor amiga. Noté una lágrima bajar por mi mejilla de nuevo y intenté alejar esos pensamientos de mi mente. No hacía ni dos desde que se había subido a ese avión y ya necesitaba hablar con ella.
Zayn y yo llegamos al apartamento.
- Hoy cocino yo cariño, ¿qué te apetece cenar? - Me gritó desde la cocina mientras yo me ponía algo cómodo en mi habitación, al pasar por el pasillo vi la de Sara vacía y sentí otra punzada de tristeza en el estómago pero volví a evitarla y pensé en todo lo que tenía que contarle cuando recibiese su llamada esa noche.
- No hace falta que cocines Zayn, podemos pedir una pizza... me apetece, ¿a ti no? - Dije volviendo a la cocina y dándole un beso en los labios, sonrió y asintió. Saludé a Noa mientras Zayn encargaba las pizzas.
- Voy a ponerme cómodo yo también, ¿hay ropa mía en tu cuarto verdad?
- Sí, hay un pantalón de pijama tuyo en el cajón de mi armario... pero no hay ninguna camiseta creo.
- No importa. - Me respondió sonriente mientras se alejaba a mi habitación. Justo en ese momento sonó el teléfono. 'Saaaaaaaaaaaaaaaara!' pensé. Corrí a contestar:
- ¿Sí?
- Hola Laura, ya estoy en... casa. - Su voz sonó triste y pronunció la última palabra más apagada. Me dieron ganas de decirle que su casa ya no era allí, que su casa ahora estaba aquí. Pero no quise hacer que nos pusieramos más tristes. Tampoco le conté que Harry había ido al aeropuerto pero que no fue capaz de entrar, por la misma razón. La dejé hablar a ella, me contó que había estado la primera media hora del viaje llorando y el resto dormida. Que ni si quiera tenía ganas de cenar, le hice prometerme que comería algo al colgar. También le hice prometerme que me llamaría mínimo una vez a la semana y que nos veríamos mínimo una vez cada dos meses, o yo yendo a España o ella viniendo a Londres. Después le conté mi conversación con Zayn y como había conseguido que me quedara en Londres ella bromeó diciendo:
- Laura, no hubiese echo falta ninguna conversación con Zayn. Te hubieses quedado allí con él toda la vida con una simple mirada o sonrisa suya. - Las dos reímos, después hubo un silencio de unos segundos y ella añadió: Ahora me doy cuenta de que yo también me habría quedado con Harry toda la vida si en vez de largarse corriendo aquella noche me hubiese dicho que me quedara, o si hoy hubiese ido al aeropuerto... - No dije nada, me quedé callada. Después oí un suspiro y supe que estaba llorando en silencio.
- Sara... Harry te quiere, todos te queremos. Lo sabes perfectamente.
- Laura, creo que necesito descansar, ya te llamaré algún día de esta semana... ¿vale?
- Vale cielo, ¿me prometes que vas a estar bien?
- Lo intentaré.
- Te quiero Sara.
- Y yo, a tí y a todos... recuérdaselo a los demás, ¿vale?
- Ya lo saben, pero lo haré. - Oí un suspiro justo antes de colgar y me giré para mirar a Zayn. Estaba tumbado en el sofá sin camiseta y pasando canales de la televisión, me hizo sonreír porque él no se da cuenta pero es siempre demasiado sexy, y adorable y me dan ganas de abrazarle y besarle lo que me queda de vida. Entonces me dí cuenta de que es mi novio y puedo hacerlo si quiero. Me acerqué y me tumbé junto a él en el sofá, no había mucho espacio pero eso es lo mejor: que tenemos que estar muy apretados. Me rodeó la cintura con los brazos y dejó el mando sobre la mesa. Me abrazó fuerte y me juntó más a él. Sus piernas se entrelazaron con las mías y sus labios se pegaron a los míos, pero sin besarme. Me susurró sobre mi boca:
- Te quiero. - No respondí, solo lo besé. Tardamos poco en irnos a la cama, en busca de más espacio. Y me hizo olvidarme de los malos pensamientos y de la pena y de todo eso como solo él sabía hacer. Durante toda la noche.


Pasaron las semanas y los meses y la vida en Londres junto a Zayn y los demás se fue convirtiendo el rutina. Sara llamaba todos los viernes, algunos días nos juntabamos todo y hacíamos Skype, se notaba tensión entre Harry y ella, sobre todo los primeros días. Pero después empezaron a disimularla mejor. Los chicos trabajaban un montón y había veces que no los veía en varios días, se hacía bastante duro pero me juntaba con las chicas y o con mis compañeros de clase de la universidad. Me fui acostumbrando a ser la novia de una estrella musical y cada día era más feliz. Fuí unas cuantas veces a España, a visitar a mi familia y a mis amigos. Tres veces fui sola, pero otra Zayn vino conmigo y conoció a toda mi familia, fue bastante divertido hacer de traductora porque les costaba entenderse aunque Zayn cada vez sabe más palabras en castellano. Él también me llevó de viaje y a conocer a su familia. Los días iban pasando y las cosas empezaban a funcionar, sentía que mi futuro se iba formando. Sentía que había encontrado mi sitio, mi gente, mi vida de adulta y me gustaba. Trabajaba algunos fines de semana en la taquilla de un cine para ganar algo de dinero porque no me gustaba la idea de que Zayn pagara siempre mis viajes a España (encima, VIP). Me sentía feliz, y realizada y lo único que pedía para completar aquella vida perfecta y de en sueño era tener a Sara allí, pero algo dentro de mí me decía que eso iba a ocurrir, algún día... tarde o temprano.

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