miércoles, febrero 6

Laura (Capítulo 46)


- ¿Crees que podrían ir mejor las cosas? - le dije a Sara mientras comíamos palomitas tumbadas en el sofá, ya nos habíamos visto dos películas románticas y no parabamos de llorar y de reír.
- A lo mejor podrían ir mejor, pero yo no lo necesito.
- Es todo tan genial...
- Lo sé. - nos miramos sonrientes, éramos muy feliz y pude leer en su mirada (igual que ella podría leer en la mía) que no queríamos que aquel verano acabese nunca.
- Oye pequeña - le dije mientras cogía otro puñado de palomitas - tú en unos días te vas a Paris con tu chico, ¿qué voy a hacer yo sin tí un fin de semana entero? - puse carita de pena y ella me miró sonriente.
- No te preocupes, tú también tendrás acompañante... tu chico no va a dejarte solita. - dijo giñándome un ojo. ¿Tendría algo pensado Zayn para ese fin de semana? A lo mejor podría invitarle a pasar el fin de semana conmigo en el apartamento, o a las chicas... no quería estar sola allí.
Después de estar otro rato charlando decidimos entrar un rato en internet a ver que se rumoreaba de nosotros. Cada vez decían más cosas, me sentía incómoda pensando en toda la gente que me odiaba o me quería de repente, vimos fotos nuestras de la noche de la fiesta de Rebeca, no consiguieron entrar a la fiesta pero si que había algunas en la entrada de la discoteca, también de otros famosos. Muchos se preguntaban a qué vedría aquella fiesta, tal vez pronto descubrirían que era el cumpleaños de Rebeca, la chica de Niall Horan. Cuando ya habíamos visto demasiadas cosas en internet le propuse a Sara llamar a nuestros padres y estuvimos un rato charlando con ellos por teléfono, les contamos que nos lo habíamos pasado muy bien en el cumpleaños de Rebeca pero sin dar demasiados detalles. Hay cosas que los padres no deben saber.
- Son solos las nueve tía... - me dijo Sara cuando terminamos de hablar por teléfono. Asentí con la cabeza.
- ¿Y hoy vamos a cenar? Porque con todas las palomitas que hemos comido... - las dos nos echamos a reír y justo en ese momento sonó mi móvil. Corrí a contestarlo.
- ¿Sí?
- ¿Cómo ha ido la tarde cariño? - sonreí al reconocer la voz de Zayn.
- Muy bien, ¿y la tuya?
- Interesante, he estado haciendo unas cositas con Harry...
- Uy, no me fío de vosotros dos ni un pelo. - Zayn se rió al otro lado de la linea y a mi me entraron unas ganas tremendas de darle un beso y un abrazo, de tenerle cerca.
- ¿Tienes libre esta noche?
- Mmmmm... deja que consulte mi agenda... bueno, pretendía ver a mi novio que es el mejor del mundo y eso... pero no sé si querrá... - otra vez su risa.
- Mira que eres boba eh... ¿habéis cenado?
- Hemos estado toda la tarde comiendo palomitas, no pretendíamos cenar la verdad...
- Pues nosotros pretendíamos invitaros a cenar... tenemos una sorpresa para vosotras.
- ¿Cenar? ¿Dónde? ¿Una sorpresa? ¿Más? - me emocioné mucho, y no le dejaba responderme.
- A ver, preciosa... tranquila... - me eché a reír.
- ¡Es que nos encantan las sorpresas!
- Lo sé, lo sé... bueno, ¿os apetece ir a un bar tranquilo por lo menos? A tomar un café o algo así, los cuatro...
- ¡Por supuesto! ¿Elegante?
- Un poco sí, ya sabes... poneros preciosas.
- Nosotras siempre...
- Lo sabemos. - sonreí y me despedí de Zayn que me dijo que vendrían a recogernos después de cenar, sobre las nueve. Al colgar el teléfono le conté a Sara lo que me dijo Zayn.
- ¿Una sorpresa? - dijo tan emocionada como yo.
- Eso me ha dicho...
- ¿Por qué no dejan de darnos sorpresas? - me dijo casi gritando de emoción, mientras se levantaba de un salto del sofá.
- Porque son perfectos Sara... - dije casi murmurando mientras nos fundíamos en un abrazo. Después corrimos a vestirnos y a peinarnos. Sara se puso un vestido marrón clarito que tenía con unas sandalias de tacón y un bolso a juego, se dejó el pelo suelto con sus preciosos rizos castaños. Yo me puse usos short azules con una camisa blanca y unos zapatos de tacón y me recogí el pelo con una trenza a un lado. Nos maquillamos un poco y esperamos a que los chicos vinieran a buscarnos. Diez minutos después sonó el timbre y las dos bajamos entusiasmadas. Los dos esperaban en la puerta junto al coche que Zayn conducía. Me acerqué a él y le dí un suave beso en los labios, Sara hizo lo mismo con Harry. Me monté de copiloto junto a Zayn y Sara y Harry se sentaron detrás.
- Bueno... ¿a dónde vamos? - le pregunté a Zayn sonriente.
- A un bar que está aquí cerca, tiene una terraza en un jardín precioso.. es muy bonito. - Y pronto llegamos, Zayn tenía razón, el bar tenía una preciosa terraza con mesas en un jardín lleno de luces... era muy romántico y veraniego, hacía una temperatura perfecta y era una noche genial en Londres. Cuando salimos del coche Zayn y Harry se acercaron al maletero.
- Entrar y elegir mesa chicas, en seguida vamos. - nos dijo Harry. Sara y yo asentimos y hicimos los que nos pidió.
- ¿No están algo raritos? - me susurró Sara riendo, asentí también riendo. Nos sentamos en una mesa algo apartada, cerca de un pequeño árbol adornado con luces. Miré al cielo y respiré hondo.
- ¿Qué bonita noche eh? - le dije a Sara, ella sonrió y justo en ese momento llegaron los chicos con una caja algo grande en brazos. La pusieron encima de la mesa y nos miraron sonrientes. Sara y yo nos quedamos boquiabiertas...
- ¿Qué es eso? - preguntó Sara mirando a Harry.
- Un regalo... - contestó él.
- ¿Un regalo para quién? - pregunté sorprendida.
- Para las dos...
- ¿Y por qué? - volví a preguntar, estaba muy emocionada pero no entendía nada.
- Porque sois geniales Laura... por eso. - me dijo Zayn agarrándome de la cintura y dándome un beso en la mejilla. Sara y yo nos acercamos a la caja y la destapamos, entonces nuestra sorpresa fue enorme, empezamos a chillar y a casi llorar de la alegría. Abracé a Zayn con fuerza y le dí un beso cariñoso en los labios. Sara también abrazó a Harry. Y las dos nos acercamos a la caja, a aquel precioso cachorrito blanco y marrón. Otro sueño más cumplido:


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por darnos tu opinión.

Nuestros lectores: