domingo, septiembre 8

Sara (Capítulo 58)

Salí corriendo detrás de Harry. La cabeza me daba vueltas y la vista se me nublaba por la cantidad de lágrimas que salían de mis ojos. Le agarré del brazo y tiré para atrás. Harry me miró con la mirada rota y se giró y siguió andando hacia adelante. ¿Qué le pasaba?
-          ¡Harry!- grité su nombre. La gente que pasaba alrededor se quedó  mirando, pero me daba igual, quien tenía que mirar no lo había hecho. Salí corriendo otra vez detrás de él y esta vez me puse delante impidiéndole el paso- ¿Qué coño te pasa a ti?- pregunté enfadada, había dejado de llorar y por alguna razón que no llegaba a conocer me sentía en guerra con el mundo. Harry me miró a los ojos y respiró hondo.
-          Eso mismo podría preguntarte yo a ti- dijo lo más tranquilo posible. No lo entendía, no entendía que me quería decir, sabía a lo que se refería, pero ¿acaso él no se daba cuenta de que era una realidad el tener que marcharme?
-          A mí no me pasa nada- dije intentando sonar más calmada, todo lo contrario a como me encontraba realmente. Harry cerró los ojos y se tensó
-          ¿Qué no te pasa nada? Por favor Sara, te cogen en la universidad de Madrid y no me lo dices, decides volverte a España y no me lo dices, no me dices nada, ni si quiera me lo consultas a ver que me parece, entonces tú también decidirás sin consultarme lo que pasará entre nosotros ¿no? Yo soy un cero a la izquierda que no tiene ni voz ni voto- su tono había ido subiendo y había acabado gritándome cosa que había hecho que me enfadara aún más y que las palabras salieran sin pensar
-          Harry decidir volverme a España no es una cosa que quiera hacer, es una cosa que debo hacer, mi vida está allí igual que la tuya está aquí, no es una decisión que haya que consultar con nadie, quiero ir a la universidad y aun que, volverme sea la idea que menos me guste, es lo que tengo que hacer.
-          ¿y qué pasa con lo que quiero yo? Está claro que lo que yo opine y lo que yo quiera no vale para nada, tú te marchas por qué quieres y hay has dejado claro que es lo que sientes.
-          Yo no quiero irme, debo irme y eso no significa que deje claro lo que siento.
-          Sara, no lo entiendes, no has confiado en mí para consultarme algo tan importante para mí como es el marcharte, algo que creía importante para los dos. Si tú no confías en mí, ¿cómo voy a confiar yo en ti?
-          ¿me estás diciendo que no confías en mí?-  las lágrimas corrían por mis mejillas, ¿qué estaba pasando? ¿por qué me sentía tan pequeña? Harry agachó la cabeza.
-          Lo hacía, ahora no estoy seguro – sus palabras se estaban clavando en mi pecho como cuchillos afilados. Harry intentó agarrarme de la mano pero yo me eché para atrás. Él tenía los ojos vidriosos- Sara, sabes  lo que pasa si te vas- Estaba completamente rota, desolada, sentía que me pesaba todo y lo único que tenía en mente es que mi novio no confiaba en mí y que me estaba dando elegir entre él y mi futuro. La voz me fallaba, quería decir mil cosas pero no salía ninguna.
-          Harry… yo…- intenté dejar de llorar- me marcho a España - me di la vuelta y empecé a andar, sabía que Harry estaba enfadadísimo, nunca lo había visto así.
-          ¡Sara!- gritó Harry. Yo no me giré simplemente me paré y él se acercó a mi hasta que estuvo detrás de mí- si empiezas a andar en esa dirección lo nuestro habrá terminado- las lágrimas seguían saliendo por mis mejillas, me sentía mareada, todo era confuso, Harry no parecía él, yo no parecía yo misma. Miré al cielo, hacia una noche estupenda, ni Londres parecía Londres. No estaba segura de nada y a la vez estaba segura de todo. No podía estar con una persona que no confiaba en mí y de la que por tanto no podía confiar y no podía estar con una persona que me hacía elegir entre dos cosas importantísimas para mí, eso, aunque me doliera, era egoísta y no quería pensar que Harry fuese así aunque él era quien me había dado un ultimátum. Sentía un dolor muy grande en el pecho, respiré hondo intentando ignorarlo y comencé a andar dejando atrás a Harry
-          Adiós Harry- dije en un susurro que solo yo pude oír.
Caminé en dirección al apartamento, las piernas me pesaban y a cada paso que daba el dolor del pecho aumentaba, me dolía la cabeza y no podía parar de llorar. No sabía lo que acababa de pasar, bueno, si lo sabía, pero no quería decírmelo a mí misma.
Llegue al apartamento y abrí la puerta, al cerrarla tras de mi caí en el suelo desplomada, no quería levantarme
-          ¡SARA!- Gritó Laura que estaba en el salón y había visto mi entrada triunfal. Se acercó a mi preocupada- ¿Qué te pasa? ¿estás bien?- respiré. Seguía llorando. ¿Se podría estar toda una vida llorando?
-          Sí, no te preocupes- dije entre sollozos
-          No me digas que no me preocupe, cuando no paras de llorar y te desplomas al entrar en casa, tampoco me digas que no te pasa nada porque por nada no se llora y tampoco me digas que no ha sido Harry porque tampoco me lo creo- oír su nombre hizo que el dolor del pecho aumentará más
-          Pide mi billete de avión a España para mañana Laura, no quiero estar más aquí- Laura no entendía del todo lo que pasa, o esa era mi impresión. Daba igual, me daba vueltas todo, ahora ya todo daba igual.
-          Sara, ¿qué ha pasado?- dijo Laura abrazándome fuerte. Respiré hondo

-          Harry y yo hemos roto Laura, lo nuestro se ha acabado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por darnos tu opinión.

Nuestros lectores: